Ayer,
jueves 30 de mayo se celebró en el
pabellón Juan Antonio Corbalán de Caravaca de la Cruz la exhibición de final de
temporada de gimnasia rítmica y tras ello se otorgaron los premios de regularidad en las distintas
escuelas deportivas.
En la
exhibición participaron niñas de distintas edades lo hicieron en conjunto e individual. Fue un gran día ya que entre
esas individuales estaba yo. Después de siete meses sin hacer gimnasia y sin
antes haber ensayado el montaje me
arriesgué a salir al tapiz. Lo hice con muchas ganas e ilusión. Quizás, no
había nadie cercano a mí en las gradas para apoyarme. Pero en realidad eso era
lo que yo quería. Lo hice para que mis nervios no me defraudaran. Quería salir
al tapiz a disfrutar, a demostrarme a mí misma que nada es para siempre, que
una lesión no será eterna y que no hay nada que me quite el sueño de mi vida.
Mi
actuación fue bastante buena a pesar de lo poco preparada que iba. Al principio
los nervios me hicieron fallar un ejercicio, pero poco después retomé el ejercicio y lo
terminé con la cabeza bien alta. Mis sentimientos en esos momentos son
imposibles de explicar. Solo puedo decir que me encantó volver a sentir los nervios
de antes de la actuación, me encantó volver a pisar el tapiz, me encantó
evadirme del mundo de esa manera aunque sólo fueran unos segundos… La verdad es
que no imaginaba que aquello ocurriría, fue todo tan de improvisto.
Ahora
toca esperar unos meses para volver a hacerme las pruebas médicas y ver los
resultados. Espero que esos resultados me hagan volver a vivir sensaciones tan
maravillosas como esta.
Una foto de ayer después de salir al tapiz.
